top of page
1jorge.jpg

#arequipeñoenlima

El actor Jorge Grazid nos cuenta su travesía de vivir en Arequipa y decidir estudiar actuación en la capital.

jorge grazid

actor

- ¿Por qué decidiste venir a Lima en primer lugar?

Cuando estaba en nada. Salía del colegio, estaba en la academia pre universitaria y postulaba para medicina en Arequipa, de hecho ya había ingresado, pero el problema era que nunca me gustó. Sí era la vocación de mi hermano y yo seguía los pasos de él, nada más, y como no era mi vocación yo estaba muy preocupado por seguir una carrera que no me interesaba mucho. Se lo dije a mis padres y me dijeron que elija cualquier cosa que yo quisiera, pero que sea profesional. No querían que yo me quedara sin hacer nada. Busqué en internet qué es lo que más me gusta hacer me estaba inclinando por la psicología, por la neurología, pero ninguna me llenaba tampoco, y una conversación con mi hermano me ayudó a determinar. Él me dijo: piensa en que tu carrera va a ser algo que vas a hacer toda tu vida ¿qué es eso que puedes hacer toda tu vida sin aburrirte? A mí me pareció una broma y le dije: a mi me gusta jugar, jugar, porque en el colegio yo actuaba, para esto yo en el colegio participaba en los miércoles culturales, había hecho sketchs, me organizaba con otros alumnos para hacer obras, de hecho ya dirigía y actuaba, pero era mucho más básico (para el colegio) copiaba algunos programas de la tele, pero eso era lo que me gustaba y lo que podía hacer sin aburrirme, o hacer deporte. Porque yo era eso o hacer deportes, pero nada de otras carreras. Entonces busqué en internet y encontré la escuela del TUC, quizás si hubiera encontrado otras, habría tenido más posibilidades de decidir, pero era la única que estaba en internet y prometía dar una formación profesional. Ahora, yo pensaba que esa información profesional te iba a dar un título profesional pero no era así, te daban un certificado, pero en internet lo vendían como la formación profesional. Entonces fui donde mi mamá feliz y contento para contarle. Ella y mi papá me preguntaron si estaba seguro. “Claro estoy seguro, porque es lo único que puedo hacer toda mi vida sin aburrirme”, les contesté. Vine acá con mis padres, justo venía el examen de admisión y me metí a dar el examen. El punto es que ingresé en un muy buen puesto, creo que tercero y no se lo esperaban mis padres, se miraron y dijeron: ¿ahora qué hacemos? Así de repente estaba yo viviendo con un familiar lejano y empezando mis estudios, así me decidí.

- ¿Cómo fue para ti regresar a Arequipa después de estudiar acá?¿Qué te motivó a regresar?

Ahí confluyen muchas cosas, muchas dudas, inseguridades que surgieron a lo largo de la carrera. Es curioso, pero en toda la teoría que te dan en la escuela, todos los grandes teóricos siempre te dicen al final que las escuelas no te van a ayudar. Entonces tu vas a la escuela para aprender que la escuela no te va a servir y es un poco contradictorio porque si nunca hubieras ido a la escuela nunca habrías aprendido eso. Entonces de alguna forma sí es necesario estar ahí, pero yo era joven y quería seguir a los teóricos, más aventado y era más precoz, en el mejor sentido de la palabra, en cuanto a psicología. Todas las decisiones que quería tomar quería hacerlas ya, de una vez, ir por el buen camino, cosa que no es muy posible. Tenía mucho miedo, porque los teóricos me decían que no era necesario la escuela para ser un buen artista y la escuela me daba mucha teoría y yo pensaba: no, esto no me sirve; y veía a la gente que salía de la escuela y no tenia nada, entonces me preocupaba y me decía: no, esto no me va a dar. A parte lima es una ciudad que tiene mucha competencia teatral y hay cosas muy buenas, así como teatros muy elitistas que no tienen muy buenos actores, pero son elitistas y está muy descompensado en ese sentido. Me salí de la escuela faltando un año y me puse a estudiar comunicaciones. Estudié dirección de cine y televisión durante tres años en el instituto“Charles Chaplin”. Cuando lo termine dije: no voy a hacer mi chamba allá, porque también vi que el cine es muy difícil. Me salí de un lugar para ir a un lugar mucho más desértico. Decidí ir a Arequipa para hacer patria en lo que había terminado, en comunicaciones, y tenía mi certificado en dirección de cine y tv, pero como comunicador tenía más posibilidades de conseguir trabajo. Entonces fui a Arequipa, presenté mi currículum y una empresa me aceptó, la empresa Golden. Trabajé ahí como camarógrafo y como fotógrafo profesional, pero era eventual. Era por eventos entonces no me daba mucho. A la par me metí a un grupo de teatro, porque yo no puedo quedarme quieto. Me metí para aprender improvisación, porque nunca me habían enseñado improvisación en la escuela, cosa que critico mucho. Me metí a hacer impro a un taller que había en Arequipa y de ese taller, Marco García, que era un emprendedor o un teatrista emprendedor de allá, autodidacta y muy buen improvisador, estaba formando un grupo de improvisadores que se llamaba Impromanía y me llevó. Me dijo: manito, yo te invito a participar en mi grupo, porque veo que tienes bases en actuación. Me vio y dijo que vaya, que era gratis y aparte era en una dirección más cercana de lo que era el otro trabajo. Fui a allá, aprendí impro con ellos y empecé a trabajar con ellos. Dábamos shows de impro, dábamos coaching y claro para mí fue mucho más fácil integrarme por las bases teatrales que había adquirido en la escuela y de ahí me jalaron para otra sala teatral que recién habían abierto que era el teatro Umbral. Me dijeron que les hacía
falta un actor, porque viajaba a Moyendo, porque trabajaba allá y no podía dar la función de los viernes. Entonces yo lo reemplazaría cada viernes. “Bolognesi en Arica” era la obra, que había sido asesorada por el mismo Alonso Alegría, estos actores eran medio irresponsables porque a veces llegaban tarde o justo antes de empezar función o decían que no podían. Cuando pasó esto el productor general, mi mejor amigo, mi jefe, me dijo: “No va a poder venir ¿crees que puedas reemplazarlo, Coquito?” y yo dudaba, pero le decía: dame el texto. Eso le gustó a otros actores y me empezaron a decir para reemplazarlos. En ese tiempo tenía chambas eventuales y sentía que tenía mucho tiempo libre, me faltaban chambas, entonces aceptaba. Aceptaba y lo hacía. Eso les gustó mucho porque yo tenía un trabajo de escuela. Ese trabajo de escuela le gustó al productor, me llamó y me dijo: voy a dictar un taller para formar actores y necesito a alguien que tenga esa mística. Me jaló y así empecé a trabajar ahí. De repente estaba ganando más haciendo teatro que como comunicador audiovisual. Fui para trabajar como comunicador y terminé ganando más como teatrista. Al final vi que sí me daba el teatro y que me daba más.


- ¿Cuál es tu opinión acerca de la movida teatral en Arequipa?

Se mueve mucho, hay mucha movida teatral en Arequipa, los grupos se esfuerzan. Hay mucho amor por el arte, por el teatro. Hay grupos muy buenos, de hecho ha ido creciendo en estos años, es un boom que se ha estado dando en estos últimos años. Porque antes no había tanto. Hubo una época de sequía, pero antes de eso sí había, o sea te hablo de los 80s y eso. Yo no veía teatro en ese tiempo, pero he conversado con actores ya mayores, me hice amigo de ellos y me contaban que antes de los 80s la movida teatral en Arequipa era bastante, después hubo una época de sequía por así decirlo, los grupos se adormecieron, pero después por la época del 2007 al 2010 empezaron a moverse más.

- ¿Y crees que hay un mayor público que va al teatro? ¿O no hay mucha gente?

Siempre hay público. Algo que me dijo Marco García: “Es mentira que la gente no va al teatro, porque solamente en Arequipa tú tienes 1 millón de personas o casi. Si el 1 por ciento de ese millón va al teatro, todas las salas de Arequipa se llenan, revientan”. Entonces eso de que el público no va al teatro es una excusa que nos ponemos los teatristas para ponernos más obstáculos y no hacer las cosas, porque siempre hay público.

- ¿Tienes planes de regresar a Arequipa al terminar acá la carrera?

Eso es algo que yo me propuse desde que vine. Yo vine a sacar el
título y a regresar, porque la verdad es que Lima me estresa bastante. No me gusta mucho una ciudad tan movida como esta, tan desordenada. Y los grupos de teatro se ven muy afectados por esta circunstancia, yo he tratado de hacer teatro con amigos acá en Lima y uno de los problemas principales es que la gente no llega temprano y el problema no solo es que no son puntuales, sino que de repente hubo tráfico que no los dejó llegar y sin poder preverlo. A parte mucha gente que quiere hacer teatro vive lejos, uno vive en Los Olivos, otro vive en Chorrillos, otro en San Juan de Miraflores y a ver anda a juntar a esa gente y pedirles que se hagan el tiempo para ensayar. Para un grupo teatral independiente siempre va a ser un problema conseguir un espacio, siempre va a ser un problema económico y de planificación. Porque los espacios se copan con un año de anticipación. A parte surgen nuevos espacios, es cierto, pero no tienen público educado. Si eres un grupo independiente vas a tener que hacerle publicidad tanto al espacio como a tu obra. La zona también depende, por ejemplo, el teatro chino es un teatro muy bonito, pero está en una zona en la cual la gente no va. Es muy extraño, pero es una cuestión del marketing, logística.


- ¿Qué opinas de la centralización del teatro?

Es que yo no siento que el teatro esté centralizado. ¿Por qué? porque ahí no más del teatro chino, te vas al teatro Roma, que está al costado del parque de las aguas, y se llena. Entonces creo que es más una cuestión de ubicación, publicidad tal vez.

Micaela Mercado

29 de Noviembre, 2018

CONTÁCTANOS

puntodequiebreperu

@gmail.com

964610002

SÍGUENOS

  • Instagram - Negro Círculo

ESCRÍBENOS

Success! Message received.

bottom of page